«Los cocineros conquenses tienen una calidad abrumadora"

José Luis Enríquez
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El concejal analiza las posibilidades de Cuenca para tomar el relevo de Sánlucar de Barrameda como Capital Española de la Gastronomía y destaca el programa de actividades para apoyar la candidatura

Miguel Ángel Valero con el puente de San Pablo al fondo - Foto: Reyes Martínez

Los fogones están a pleno rendimiento para demostrar que Cuenca puede ser el año que viene Capital Española de la Gastronomía. Tras dos intentonas fallidas, en 2017 y 2018, la ciudad está volcada en una serie de actividades para hacer bueno eso de que a la tercera va la vencida. Ilusión, ganas y talento apuntalan una candidatura que, como explica el concejal Miguel Ángel Valero, enriquece las señas de identidad de Cuenca y permite soñar. En noviembre se conocerá si se logra la Capitalidad Gastronómica aunque para Valero «se gane o no, esto ya es un triunfo».

¿Logrará Cuenca ser la Capital Española de la Gastronomía?

No sé si se va a lograr o no, pero más que estamos trabajando de manera intensa, diferenciadora y muy ilusionados es imposible. Estamos echando toda la carne en el asador, como dicen en mi tierra, y lo hacemos con una ilusión supina. Como ya he dicho en otras ocasiones trabajamos con un claro ejemplo diferenciador porque nos hemos dado cuenta de que jamás se han hecho actividades previas para demostrar lo que uno quiere hacer y el movimiento se demuestra andando.

Percibo que existe optimismo de cara a lograr a ese ambicioso objetivo de Capitalidad Gastronómica.

Hay optimismo, muchas ganas y muchísima ilusión, pero tenemos los pies en la tierra porque sabemos que estamos compitiendo con otras ciudades que también están apostando duro. Yo que estoy trabajando el día a día de esta candidatura, de estas actividades previas, soy tremendamente optimista, pero también quiero ser realista.Quiero pensar que lo vamos a conseguir. No obstante, ganemos o no, esto ya es un triunfo y un elemento a mantener. Ojalá nos den el premio de la Capitalidad Gastronómica.

Actividades previas, como la cena en el puente de San Pablo, ¿elevan mucho el listón de la candidatura?

No sé si lo elevan o no. Hay un jurado de expertos que son los que determinan. Normalmente para presentarte a una candidatura de este tipo se hace un dossier en el que expresas tu declaración de intenciones. Nosotros estamos realizando ese dossier con nuestra programación de intenciones, con nuestra programación para el año que viene. Pero para demostrarles lo que somos capaces de hacer, sin haber conseguido nada, estamos ya generando eventos de este tipo, como la cena en el puente de San Pablo, que ganemos o no van a ser buenos para la ciudad. Y ganemos o no esto es un elemento a mantener porque la aceptación del público ha sido abrumadora.

¿Cómo influye el trabajo y el talento de los cocineros conquenses?

Influye al cien por cien. Ellos son los protagonistas. Nosotros no somos más que gestores.Somos una correa de transmisión para que su talento sea cada vez más conocido a nivel internacional. Los cocineros conquenses tienen una calidad abrumadora y desde la gestión municipal lo único que hacemos es gestar las pautas para que ellos sean más conocidos, porque si ellos son más conocidos es más conocida nuestra ciudad y es un círculo que redunda todo en beneficio de nuestra tierra.

La gastronomía es, tal vez, el puntal que faltaba al potencial turístico de Cuenca. Tenemos cultura, patrimonio, naturaleza y, ahora, la gastronomía aporta mucho...

Nosotros así lo entendemos porque la gastronomía es cultura. Es esa cultura intangible del conocimiento histórico que permanece impertérrito con el paso de los años y que muchas veces son recetas centenarias. Creo que es un valor más que sirve para apuntalar las maravillas de Cuenca que son el patrimonio natural, arquitectónico, histórico y del arte contemporáneo. En base a eso, a esos puntales vamos a gestar toda nuestra candidatura que se suman a la gastronomía

Uno de esos puntales y diría que un revulsivo es la reapertura del restaurante de las Casas Colgadas...

La reapertura de las Casas Colgadas es un recurso. En los años 60 se forja como un elemento museístico y gastronómico.Ambos espacios han recuperado ahora su espíritu, además con un nivel gastronómico relevante. Y sí, es una declaración de intenciones más en la que decimos:'Señores, tenemos calidad en la gastronomía, pero también tenemos calidad en los espacios en los que se hace esa gastronomía'. Por eso, además de los espacios interiores donde se hace esa gastronomía lo que estamos presentando son espacios exteriores complementarios en estas actividades previas.

¿Cómo se hace compatible el turismo con la conservación del patrimonio? Al final hay más presión turística en el Casco Antiguo... 

El turismo se hace compatible como estamos intentando forjarlo con el Plan de Sostenibilidad Turística. El plan nos ha permitido tener las herramientas para repensar y reconfigurar. No podemos tener determinadas calles del Casco completamente abarrotadas y otras, que son fantásticas con unas vistas y unos recursos importantes, sin que tengan flujo. Nos interesa buscar un turismo pausado, tranquilo, que conozca a fondo la ciudad, que no venga y se vaya pronto. El Plan de Sostenibilidad Turística nos está ayudando a eso, a repensar en el turismo, a ver cómo tenemos nuevos flujos, a generar nuevos impactos. Y está empezando a funcionar. En unos meses de trabajo la recepción turística que estamos recibiendo es importante. Estamos recepcionando más turistas que vienen más preparados. Es decir, el patrimonio si lo explotamos de manera sostenible, que es el espíritu del Plan de Sostenibilidad Turística, es el elemento que nos va a mantener en el top de las ciudades receptoras de turismo.