Bendiciones de agua

Manu Reina
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Los conquenses rinden culto a San Antón junto a sus mascotas, aunque la lluvia empaña los actos con la suspensión de la procesión

Bendiciones de agua

Emociones a flor de piel. Los amantes de las mascotas no fallaron hoy a la cita más especial y devota del año para pedir salud tanto para ellos como para sus inseparables acompañantes de vida. El amor por sus animales es tan indescriptible que centenares de personas hicieron frente a una intensa lluvia y acudieron a las puertas de la iglesia de la Virgen de la Luz para festejar y rendir culto a San Antón. El aviso de precipitaciones no apagó la ilusión por participar tanto en la procesión como en la bendición pasada por agua a cargo del párroco Ángel García, que tuvo que refugiarse bajo techo debido al temporal. 

La propia lluvia provocó también la suspensión a medio camino de la tradicional procesión por el barrio con la Imagen de San Antón en hombros. Y es que el agua tan solo dio tregua durante unos minutos, suficientes como para salir y retroceder poco después por los mismos pasos, con el fin de volver cuanto antes y a marchas forzadas a la iglesia. Un momento triste para todos los vecinos y amantes de las mascotas, que tuvieron que consolarse con recoger una bolsa de panecillos. Y es que el temporal no iba a chafar el hecho de llevarse a casa estas tradicionales caridades. El Ayuntamiento repartió más de 20.000 unidades a todos los presentes, que fueron centenares pese a que la situación meteorológica era totalmente adversa. El consistorio también entregó dos millares de panecillos a centros de mayores y residencias.

El alcalde, Darío Dolz, que estuvo acompañado por varios concejales de la Corporación Municipal, y la Banda Municipal de Música, que tan solo pudo interpretar varios temas, lamentaron la constante caída de lluvia que impidió procesionar por las calles del barrio. Sí que pudo celebrarse sin interrupciones la tradicional misa en horario matutino.

El momento más especial llegó con la esperada bendición, que tuvo lugar en las dependencias de la iglesia Virgen de la Luz al constatar que la lluvia no cesaba. Un año más, el temporal obligó a improvisar y abandonar los jardinillos de la Trinidad, que es el espacio que normalmente se usa si las condiciones son óptimas. Así, decenas de conquenses, acompañados por sus perros, tortugas y animales de compañía, hicieron cola para recibir la bendición del párroco Ángel García.

Ilusión. Ángela Alarcón acudió a la cita con antelación e ilusión, y mantuvo la compostura para pedir salud para su tortuga Tauro. «Es muy importante para mí y quiero que San Antón nos conceda mucha salud». Esta joven señaló que tener «mucho cariño» a su tortuga y destacó que «los animales son los mejores compañeros de vida». En la misma línea se manifestó Lucía Racionero, que participó ayer con su perra Duna en los actos en conmemoración del patrón de los animales. Es una fija en esta cita «porque vivo en el barrio y llevo viniendo aquí siempre desde hace 50 años». Lucía pidió también «mucha salud» y confío en «estar de nuevo el año que viene». También hubo lamentaciones. Natalia Racionero lamentó que la lluvia fuera la protagonista porque «no podemos celebrar San Antón como a todos nos gustaría». Tanto ella como su perro Teddy recibieron la bendición del párroco.

Así, el agua empaña un año más la celebración de San Antón, aunque los devotos no arrojaron la toalla y rindieron culto a su patrón. Las oraciones no solo van enfocadas a tener salud, sino también a poder disfrutar esta festividad el próximo año como Dios manda.