De los 100 traspasos más caros de la historia, 51 son atacantes, 25 centrocampistas, 21 defensas… y apenas tres porteros: Kepa Arrizabalaga (80 millones pagó el Chelsea al Athletic), Alisson (62 el Liverpool a la Roma) y Gianluigi Buffon, cuyo traspaso en 2001 -52 millones de la Juventus al Parma- reventaron los mercados. ¿Cómo se podía invertir tanto por el enemigo del gol? A comienzos de siglo (Peruzzi, Toldo, Frey…), la Serie A mostró el camino de lo que sucedería más tarde: asegurarte un buen portero era clave para cualquier proyecto ganador.
El 17 de julio de 2014 el Atlético de Madrid pagó 16 millones de euros por un muchacho esloveno de 21 años que apenas había dado dos guantazos en el Benfica y cuya cotización en el mercado era de cuatro millones. Simeone perdía a uno de los grandes artífices de la reconquista de la Liga, ya que el Chelsea reclamó a Thibaut Courtois (cedido en el Calderón) y aquella fue una operación ganadora. Hoy, aquel gigantón de apariencia tímida y torpe se va a convertir en el jugador extranjero con más partidos en la historia del Atlético de Madrid: Jan Oblak seguirá tejiendo en Vallecas su leyenda en rojiblanco.
Los pasos previos se forjan en la academia del Olimpija Ljubljana de la capital eslovena. Saltándose etapas, recorriendo 50 kilómetros diarios en bicicleta para ir a los entrenamientos (vivía a 25 de las instalaciones del club) y aprovechando esas condiciones físicas perfectas para el trabajo (1,88 metros y 87 kilos), Oblak se hace con la titularidad del primer equipo con apenas 16 años. «Volk, que era mi portero y entrenador de porteros al mismo tiempo, me dijo: 'Pon al chaval, es mejor que yo'. Nos sorprendió mucho, pero en apenas dos partidos ya vimos que no estaba para nada equivocado», confesó su primer técnico en la élite, Janez Pale.
Benfica
La maquinaria del Benfica, una de las mejores en el 'scouting' de jóvenes promesas europeas y mundiales, se puso en marcha para fichar al gigante de Skofja Luka. Cuatro millones de euros (para atar en enero de 2010 a la gran promesa eslovena) tuvieron la culpa de su viaje a Portugal, sus cesiones en la élite, su asentamiento en el filial y su espectacular irrupción en el primer equipo: el mismo año que el 'Atleti' ganaba el título de Liga, el Benfica de Oblak (seis goles encajados en 26 partidos disputados) destronaba al Oporto y lograba el doblete Liga-Copa. La entidad rojiblanca no solo fichaba a un portero descomunal, sino a un tipo con estrella.
Aunque de entrada actuó como suplente de Moyá, el peso de la lógica terminó imponiéndose aquella 14/15 y el esloveno conquistó la titularidad. Oblak, como aquel Courtois que regresó a Londres, seguía siendo un tipo perfecto para el 'cholismo'. Capaz de actuar poco detrás de una defensa numantina, meter dos manos imposibles y lograr que un partido de empate terminase casi de forma inexplicable en una victoria por 1-0.
Todo colchonero guarda en su memoria una parada suya que fue puro oro y que serviría para lustrar el palmarés colectivo o individual. Así, logró una Europa League (2018), una Supercopa de Europa (2018) y una Supercopa de España (2014), títulos a los que hay que añadir que formó parte del equipo ideal de la Champions 15/16 y 16/17, de la Europa League 2017/18 y ha conseguido cinco trofeos Zamora (15/16, 16/17, 17/18, 18/19 y 20/21). Además, en junio de 2019 el portal Transfermarkt le otorgó un valor de mercado de 100 millones de euros, el más alto alcanzado por un guardameta.
A sus 30 años, en la madurez perfecta para un cancerbero, Jan Oblak ya se ha consolidado como uno de los capitanes y camina hacia el olimpo de algunos de los mitos rojiblancos:con 390 encuentros, ya únicamente tiene por delante a nueve figuras clave para entender la historia del Atlético de Madrid como su compañero Koke (577), Adelardo Rodríguez (553), Tomás Reñones (483), Enrique Collar (470), Carlos Aguilera (456), Calleja (425), Juan Carlos Arteche (421), Gabi (417) y Fernando Torres (404).