Cantando con Walt Disney

SPC
-

Jorge Fonte se adentra en el universo musical de historias tan mágicas como 'Blancanieves', 'Peter Pan' o 'El Rey León'

Después de Woody Allen. Músico y cineasta (Ed. Milenio, 2015), y siendo coherente con su carrera, era lógico que el siguiente proyecto del escritor y ensayista canario Jorge Fonte fuera sobre las canciones en las películas de Walt Disney. El problema era cómo afrontarlo, ya que la obra musical del Estudio Disney es monumental y de unas dimensiones absolutamente inabarcables para un solo libro. A fin de cuentas, no solo estaríamos hablando del mundo de la animación, sino también de las películas de acción real, de los parques de atracciones, de los documentales y de las distintas áreas de entretenimiento que han formado parte del universo disneyano a lo largo de casi un siglo de historia. Y ahí, hay muchas canciones.

Fonte decidió que lo mejor sería centrarse solo en el cine de animación, ya que, por un lado, fue el marco temático en el que nació el Estudio Disney y, por otro, es con el género cinematográfico con el que más se le identifica. De ahí que el libro aborde los largometrajes de animación que incluyen canciones en sus bandas sonoras: desde Blancanieves y los siete enanitos (1937) hasta Vaiana (2016). Este libro permitirá al lector adentrarse en el inmenso universo de las canciones Disney, descubrir sus secretos, su historia y entender por qué son tan importantes. 

El sonido Disney. En busca de la canción perfecta es un documentado trabajo que se sumerge en la historia musical del Estudio Disney para proporcionarle al lector todos aquellos datos que le faciliten la inigualable aventura que supone profundizar en la esencia misma de la Magia Disney.

Se trata de una monumental obra de 700 páginas que abarca casi 90 años de la historia de The Walt Disney Company, a lo largo de 53 películas y más de 350 canciones. 

Nostalgia. Las canciones Disney forman una parte incuestionable de nuestro acerbo cultural. De alguna manera mágica están ancladas en nuestros recuerdos más profundos. Las hemos tarareado, canturreado o silbado a lo largo de toda nuestra vida. Su magia conlleva ese regalo eterno que siempre estará con nosotros. Por eso, cuando volvemos a oír el Hei-Ho de los enanitos de Blancanieves, el The Second Star to the Right de Peter Pan o el Hakuna Matata de El rey león nos invade un sentimiento de nostalgia que se aposenta en nuestras entrañas, nos alegra el corazón y nos devuelve parte de nuestra vida. 

De no haberse dedicado al mundo de la animación, Walt Disney lo hubiera hecho al de la música como productor o promotor musical. El no haber estudiado nunca música, no le impidió involucrarse directamente en las bandas sonoras de sus películas. 

 La idea era concebir un matrimonio perfecto entre la música y las imágenes. Y que, además, las canciones no solo debían ser igualmente buenas, sino que tenían que contar con una melodía muy pegadiza y una letra sencilla y fácil de recordar, de forma que se mantuvieran en la memoria del público. 

No en vano, la importancia de las canciones en las películas Disney se centra en que parte de la historia se cuenta a través de ellas. Ayudan a que la trama avance, aportan carga emotiva a los personajes y determinan su estilo. Puede que en un principio, Walt Disney no fuera consciente de ello, pero con el tiempo se dio perfecta cuenta del enorme poder que la música tenía. 

efecto ‘Mickey mousing’. A diferencia de una película de acción real, un filme de dibujos animados precisa de música a lo largo de todo su metraje. La banda sonora es utilizada como indicador del carácter de un personaje, como expresión de hechos y emociones o, simplemente, acompañando a la escena. Disney la utilizó de una forma no solo valiente, sino activa e inteligente. Es más, antes de que el cine incorporara los efectos sonoros, era la música la que se encargaba de paliar su falta, y en los dibujos animados se usó además para acentuar detalles importantes como pisadas, golpes, caídas, etc. De hecho, a este recurso musical se le conoce genéricamente con el significativo nombre de Mickey Mousing, ya que se utilizó por primera vez en los cortos del ratón.

De todo eso, y mucho más, nos habla Jorge Fonte en su libro. Imprescindible para todo buen amante de la música. Imprescindible para todo amante del mundo Disney.