Los políticos que llevan las riendas de la capital también tienen en septiembre su particular vuelta al cole. Es cierto que no tiene nada que ver con las aulas ni los libros de texto, pero sí con una mochila llena de deberes para el equipo de Gobierno que lidera por segunda legislatura consecutiva Darío Dolz. Atrás quedan las vacaciones de verano y llega el momento de ponerse manos a la obra en una legislatura que tiene muchos retos por delante. 

Las elecciones municipales cambiaron algo la imagen en la Corporación conquense, pero Darío Dolz sigue al timón gracias al apoyo de la agrupación de electores Cuenca Nos Une, con la intención de que sea una legislatura en la que cristalicen proyectos pendientes y que se sienten las bases del antes y después de la capital. El primer Pleno municipal del curso, que tendrá lugar dentro de unos días, en concreto el último jueves de mes, será un buen ejemplo para medir la temperatura política de un equipo de Gobierno que tendrá que lidiar con las exigencias de la oposición de los grupos municipales del PP y Vox, así como de Cuenca en Marcha, una formación estratégica para los intereses de los socialistas. 

Tras las elecciones municipales y autonómicas, las vacaciones de verano han supuesto un paréntesis, aunque en la sala de máquinas del Ayuntamiento el máximo responsable no ha dejado de perfilar la legislatura que quiere para su ciudad. El primer paso de estos nuevos cuatro años es el curso político que comienza ya. Dolz gobierna en minoría con diez de los 25 concejales de la Corporación conquense, en un escenario que ha cambiado respecto a la anterior legislatura. Con esos mimbres, el alcalde e Isidoro Gómez Cavero, líder de Cuenca nos Une, formación que cuenta con dos ediles, tienen fijada una hoja de ruta que contempla importantes proyectos y que no permite dormirse en los laureles.

La primera etapa de Dolz estuvo marcada por momentos muy complicados debido a la pandemia pero sabe que ahora llega el momento de dar el paso adelante que reclaman no sólo sus votantes, sino la ciudadanía conquense. Y lo cierto es que Dolz recoge el guante, tal y como manifestaba en una entrevista en La Tribuna nada más tomar la vara de mando del Ayuntamiento. «Los ciudadanos han entendido que ha sido la legislatura más difícil de la historia, y que a pesar de eso hemos anclado proyectos de futuro muy importantes», aseguró. Por eso, llega el momento de pasar de las palabras a los hechos.

El cuaderno de Cosas pendientes de hacer de Darío Dolz con el que comienza el curso político está lleno de proyectos. Hay de todo. Hacer de Cuenca una ciudad más limpia, abordar la reorganización del Ayuntamiento, impulsar el desarrollo económico o llevar a buen puerto las inversiones que ya están en marcha 

En la cartera. Una de las asignaturas de este curso, y de toda la legislatura, tiene que ver con el modelo de ciudad. En este sentido hay varios proyectos en marcha que dan una idea de la expansión urbanística de la misma. Uno de ellos es el Plan XCuenca, que pretende acabar con la brecha que desde hace décadas divide la ciudad por los terrenos de ADIF y las vías del tren. Habrá que estar muy pendientes de ver cómo afecta la decisión que en junio tomó el Tribunal Supremo de suspender cautelarmente la clausura del tramo ferroviario entre Tarancón, Cuenca y Utiel porque deja en cuarentena –probablemente dos o tres años– las obras de los dos aparcamientos, la conexión con la estación del AVE o las actuaciones previstas en los terrenos de ADIF. 

No lejos de allí, la expansión urbanística de la ciudad tiene en el nuevo hospital el gran punto de referencia. El Gobierno regional espera que las obras del Hospital Universitario de Cuenca finalicen este año y que el traslado desde el Virgen de la Luz se haga durante 2024. Con este centro también nace el nuevo vial, cuyas obras están ya muy avanzadas, que comunicará la ronda de circunvalación de la ciudad con el hospital, así como con la ciudad deportiva que construirá el Grupo Herce.

Además está el ambicioso proyecto de los remontes al Casco Antiguo. Es de esperar que pronto sea vean las primeras obras. En febrero, elAyuntamiento y el Gobierno regional firmaron el convenio de colaboración para la redacción del proyecto de mejora de la accesibilidad al Casco. 

No es la única asignatura pendiente porque la reforma del colegio de San Julián para que se convierta en la sede del Centro Nacional de Estudios Penitenciarios sigue en el aire pese a tener un presupuesto de 11 millones de euros. Lo que sí es visible es el avance en las obras de la nueva Comisaría Provincial que tras una inversión 8,5 millones de euros es previsible concluyan a finales de este año.

En la pizarra de Dolz para el nuevo curso también figuran otros objetivos, entre ellos acometer de una vez una profunda reforma de la calle Carretería, destinar cada año 1,2 millones de euros al mantenimiento urbano, atraer empresas o acometer una reorganización del Ayuntamiento «para ser más eficientes». A final de curso, se sabrá si aprueba.