Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


Jueves de Dolores

28/03/2024

De Dolores Buitrago, para ser exactos, la mujer más longeva de Castilla-La Mancha. Ciento diez años contemplan a esta hija de Puertollano que tiene tres hijos, ocho nietos y doce bisnietos. Hoy es Jueves Santo y siempre nos marcamos un artículo del amor, el amor fraterno y su trascendencia. Pero en esta ocasión el amor me llega por Dolores, Lola, Lolilla y su historia, que comienza en 1914 a las puertas de la Primera Guerra Mundial. Dice que vivió tanto, entre otras cosas, por su larga historia de amor con Santiago, su marido, del que se enamoró siendo una chiquilla y hubo de partir al frente cuando comenzó la contienda española. Escribía cartas que no recibía, pero cuando acabó la guerra, se presentó y casó con ella. Dolores come a besos a su bisnieta Julia y dice que sólo toma una pastilla al día para la circulación de la sangre. Ya nos va ganando, pues nosotros llevamos dos y ni nos acordamos ya para qué. Pero la farmacopea también ayuda. Aunque a Lola le da vida el aire de su pueblo.
Puertollano, allí creció Dolores y allí ha envejecido entre el amor y cariño de los suyos. Dicen que los niños y mayores son los que mejor se llevan porque nacemos y morimos demandando amor. Entre medias, creemos que acometemos grandes empresas, pero se nos olvida que venimos del calor de una madre y el arrullo de un padre. Y a partir de ahí se echa a volar, cada uno como puede, en los nidos que alcanza y conquista. Dolores sobrevivió a la pérdida de dos hijos, lo más terrible que puede ocurrir en vida. Esto me corrobora algo que siempre pensé y es que esta generación que nos trajo acá está hecha de otra pasta, otro trigo, otro barro, otra arcilla. El dolor ajado en los surcos del rostro son los arados de los bueyes a lomos de la vida. Ni más ni menos. Un cuarterón de desdicha al costado de la carestía. Sostengo que la Mancha es anchurón, sobre todo, de bondad. La sabiduría conduce indefectiblemente a la bondad. Y la Mancha es buena, limpia, clara. Sólo teníamos la tierra para correr y el horizonte para no llegar nunca. Por eso aquí nadie es extraño… No conocemos las fronteras y si nos hablan de ellas, les marcamos la raya que junta el cielo con el suelo. Lo que no toca la yema de los dedos o al menos roza, no nos vale si no es con alma y corazón abierto.
Dolores es el amor personificado por su estirpe, la familia, la vida, Puertollano. Me gustaría parecerme a ella y escucharla, sentirla, escribir su consejo y dejarlo para siguientes generaciones. A los amigos que tienen padres mayores les digo que aprovechen el momento, pasen tiempo junto a ellos, aprendan, escuchen y abracen. Luego se van y no hay remedio. Queda el recuerdo, la voluntad y las sienes, las ganas enormes de tenerlos al lado y no hacerlo. Pero desde que faltan los míos, los tengo más presentes y viven sentados en mi corazón a la derecha. Será porque me hago grande y mayor. La cuerda de un hijo es como la de Ulises, que siempre retorna a donde partió. Nos cortan el cordón umbilical recién nacidos y nos echan la cuerda de la soga bajo la caja. Dolores habla y besa como si fuera inmortal, mujer de otro mundo, de otro tiempo, aquella que lo vio todo. Este Jueves Santo ha sido mi inspiración. Si por algo merece la pena vivir, si para algo sirve una vida tan larga, no es otra cosa que para amar sin tiempo, sin límite, sin espera. Feliz día del Amor Fraterno.