Miguel Romero

Miguel Romero


El salón de actos del Palacio Provincial, un año más, fue el foro de la palabra

08/05/2024

En base a los datos que aparecen en la página de Diputación Provincial, el edificio se levanta como tal en los albores del siglo XX, para cubrir la necesidad de un edificio que permitiera acoger todas las necesidades administrativas de la Institución Provincial. En el año 1890, por medio de un acuerdo municipal, el Ayuntamiento de Cuenca cedería el jardín conocido como La Glorieta, en el antiguo Campo de San Francisco donde se proyectaría tal edificio, el mismo que ahora podemos visitar. Será, por tanto, en estas instalaciones, planta baja con su amplio Salón institucional y la primera planta, accediendo por esas nobles escaleras cuya moldura que remata su chapeado fuese un diseño de Luis López de Arce, los espacios utilizados para presentar las novedades editoriales de escritores e investigadores, en su mayoría conquenses.

Sin duda, la palabra escrita volvió a ser el móvil que reuniese a numerosas personas, interesadas en conocer los nuevos títulos que a lo largo de esta Feria del Libro 2024 han servido como novedad. Escritores, entre otros, como Juan Clemente Gómez, María Fraile, Juan Soria, Miguel Ángel Santamaría, Teresa Palomino, José Antonio Domínguez, Sebastián Martínez, Antonio Jara, Juan Francisco López, Juan Manuel Millán Martínez, Carlos Julián Martínez Soria, José Carlos Vizuete, Sara T. Nalle, Leonor Gallardo, Marco Antonio de la Osa, José Antonio Domínguez y José Luis Muñoz, éste último con dos excelentes trabajos, pudieron ofrecer sus investigaciones y creaciones literarias en un marco excepcional.

El Salón de Plenos, en la primera planta, accediendo bajo ese óleo de Benito López Chust que remata la escalera y el Salón de Actos, en la planta baja, donde el escudo que define la Diputación como Institución de la provincia, en un repostero bordado, sirve de bello decorado, volvió a ser encuentro de escritores, editores y lectores.

La música formó también parte de este foro de encuentro, al realizar un homenaje a Federico Muelas en el cincuentenario de su fallecimiento. La música y las voces del coro vocal femenino Ágalma, interpretando los poemas de Gustavo Villalba fueron los protagonistas.