Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


El partido Sumar echa a andar

26/03/2024

La celebración de la asamblea fundacional de un partido político es un momento de euforia, de presentación de cartas credenciales a la ciudadanía, de mostrar que al menos los militantes están comprometidos con el proyecto, que salen a cubrir el mayor espacio dentro de su espectro político. Nada de eso ha ocurrido con el acto de nacimiento de Sumar, la tercera o cuarta fuerza política del país, según las encuestas.  Un raquítico once por ciento de los inscritos en el partido han participado en las votaciones, lo que es un síntoma sobre la ilusión que despierta el proyecto, en la que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz ha sido elegida la líder del partido y con ello su modelo de partido. 

La decisión de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones generales, tras la debacle para el PSOE de las elecciones autonómicas y locales, pilló a Yolanda Díaz con el proyecto a medio armar para la inclusión de formaciones autonómicas en Sumar. Podemos, haciendo también de la necesidad virtud, se sumó a una iniciativa que abandonó a la primera oportunidad.

Este periodo, incluido el fracaso de Sumar en las elecciones gallegas, ha servido para que Sumar no incurriera en el mismo error que Pablo Iglesias y abandonara el intento de crear un partido monolítico en el que imperara el centralismo democrático. Todo lo contrario, a expensas de que se constituya definitivamente su ejecutiva, ha quedado claro que cada una de sus partes, sobre todo Más País, Compromís y Cataluña en Común tendrán una amplia capacidad de autonomía. Izquierda Unida que es una de las argamasas del nuevo partido se encuentra a la expectativa. "Los comunes" lo acaban de demostrar al tumbar los presupuestos de la Generalitat -y del Ayuntamiento de Barcelona-, que han desatado el anticipo de las elecciones catalanas y ha puesto en almoneda la continuación de la legislatura nacional, que quedará muy condicionada por los resultados catalanes, con el añadido de que la capacidad de Yolanda Díaz para controlar los movimientos en su espacio ha quedado en entredicho, porque no ha sabido o podido prever que el aleteo en la política catalana puede desatar un terremoto en el Congreso, y que esto puede repetirse. Al menos, con la autonomía de las distintas partes de Sumar se trata de conjurar el espectáculo de las purgas y de las deserciones, pero tampoco se garantiza la fiabilidad de un socio compuesto de muchas piezas y que ya ha advertido de que está dispuesto al choque con el PSOE en la reivindicación de su espacio.

La constitución de un partido sólido a la izquierda del PSOE es una necesidad para que recoja a aquellos votantes que nunca votarán a los socialistas a los que consideran demasiado pragmáticos y acomodaticios y con tendencia a perpetuar el bipartidismo imperfecto, en el que la organización a su izquierda es su báculo mientras la alternativa sea un gobierno de coalición entre la derecha y la ultraderecha.

Desde que Sumar se presenta a las elecciones su desempeño ha sido mediocre, pero pese a su retroceso en votos y escaños, seguirá siendo el socio necesario para los socialistas. A partir de ahora Sumar cuenta con una dirección y un procedimiento de toma de decisiones, aún por perfilar. En definitiva, un proyecto político y organizativo cuya primera misión es no decepcionar a quienes ven con hastío los debates internos en la izquierda del PSOE.