Leo Cortijo

Leo Cortijo


La incertidumbre del 'currito' de la retro

24/04/2023

Lo peor es no saber qué va a pasar. La incertidumbre o el miedo ante lo desconocido es, para muchos, una razón de peso suficiente para 'ahogar' su existencia. Y no me extraña... Es humano querer tenerlo todo bajo control. Todo atado y bien atado, que diría aquel... Y eso es lo que parecía que pintaba el pasado miércoles, cuando en los primeros compases de la mañana el currito de la retroexcavadora empezaba a derribar el muro de las banderas en el Paseo San Antonio. Uno de los cimientos fundamentales del Plan XCuenca –nuestro sino existencial de un tiempo a esta parte–, comenzaba a fraguarse. La (prometida) integración urbana de los terrenos de Renfe y la cicatrización de la herida que ha dividido en dos mitades la ciudad durante décadas, se empezaba a tocar, en sentido figurado, con la punta de los dedos.

Pero todo fue un amago –berlanguiano en cierta manera, eso sí– porque pasados unos minutos de la hora del almuerzo, la Justicia decretaba la paralización cautelar del derribo. Y ante esa tesitura, imagino a nuestro amigo el currito de la retro pensando algo así como «bueeeno, pues naaada, qué pronto nos vamos hoy para casa».

Y en estas estamos, con medio muro en el suelo y convertido ya en escombros y otro medio que se resiste todavía a caer. Un proceso no solo judicializado, sino también politizado, y es que a estas alturas de la película unos y otros han hablado ya largo y tendido de lo que ha pasado y de lo que puede pasar a partir de ahora... Precisamente ahí es donde más dudas tiene todo el mundo. Ya se lo han preguntado los vecinos de la zona, que en una nota de prensa han pedido explicaciones sobre cómo va a terminar esto, con la incertidumbre lógica del que intuye que el muro puede quedarse de esa guisa hasta veremos a ver cuándo.

Y no solo se lo preguntan los vecinos de Casablanca, los del resto de la cuidad también, porque con independencia de si la caída del muro (de Berlín o de las lamentaciones) es bueno, malo, regular o mediopensionista, lo que nadie desea bajo ningún concepto es que esta situación se eternice en el tiempo. Pensemos un poco en la incertidumbre en la que ahora se ve sumido el currito de la retro, que no sabe cuándo va a volver al tajo ni en qué condiciones ni de qué echarse el bocata ese día... Y así no se puede, en la vida hay que tenerlo todo, o casi todo, bajo control.

ARCHIVADO EN: Justicia, Renfe, Berlín