Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Marty

19/05/2023

La vida puede ser cruel, pero lo más dramático es ser consciente de ello. Hay un personaje cinematográfico que siempre me ha fascinado y es Fredo. Si digo que era el hermano tonto de Michael Corleone se le identifica con rapidez, también podría haber dicho el débil; pero siempre me he preguntado si no sería el único hijo que nació en la familia equivocada. La interpretación de John Cazale es tan magistral hasta el punto de fundir el personaje con el actor. Tampoco dudé que a James Caan le fue fácil interpretar a Sonny, aunque su papel de Mississippi en El Dorado era desconcertantemente realista.

En los tiempos actuales la pedagogía moderna se empeña en decirle a las nuevas generaciones que no son Fredo, que sus errores de ejecución son libres expresiones de un talento por concretar y que la comprensión es la estrategia correcta para resolver conflictos.

Esta idea llevada al extremo es de un relativismo feroz, porque solo el volumen del grito marcaría el límite a la cesión. Cualquier padre sabe que no todos los gritos infantiles implican lo mismo, lo cual no significa que siempre se acierte con la respuesta.

La sociedad actual es compleja de lidiar, porque todos los individuos se sienten seleccionadores. Todos saben lo que es adecuado hacer, ignorando los puntos críticos donde las decisiones se transforman en dolorosas. Ya sea en la política fiscal, económica, exterior o de defensa las soluciones perfectas no existen, solo los equilibrios. Incluso una medida imperfecta aporta un espacio temporal para que otra más efectiva pueda ser oportuna de aplicar más tarde. El pacto no es un acto de cobardía sino de inteligencia.

La pureza vital es propia de los niños, todavía no maltratados por los golpes de la vida, pero irrealista en el mundo de los adultos. Cualquier colectivo debe buscar afanosamente el consenso en lo crucial y dejar libertad para que el resto lo desarrolle el individuo según su criterio. Si le arrebatamos esta opción, el mundo se tensiona. Cada vez más es visible como aceptamos actitudes unilaterales sobre nuestros semejantes, a los cuales les decimos que no son aptos para decidir, porque otros saben más que ellos. Cualquier exfumador estará orgulloso de su éxito, pero lo valora al ser fruto de su decisión personal. Toda la legislación antitabaco ha ido invadiendo la esfera individual por nuestro propio bien. Es difícil no sentirse como Fredo ante el poder de Michael.

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