Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


El bulo, la mordaza y censura eres tú

18/04/2020

Conocí y sufrí la censura franquista. A lo 15 años me censuraron el primer artículo. Reivindicaba ingenuamente la figura de Antonio Buero Vallejo. El responsable fue un ‘ilustre’ periodista muy afecto al Régimen en mi instituto de enseñanza media, Brianda de Mendoza, en Guadalajara. Aprendí después a lidiar con ello en los medios de comunicación, escribir entre lineas y sortear al censor. La censura se aplicaba a todo, a los artículos, a los libros, a las películas, a la pintura, al humor. A todo lo que se moviera y con antelación.
Era previa, los artículos, el editorial el primero y luego todo lo demás, hasta los pies de foto debían pasar por ella y podía tener después efecto retroactivo si les colabas una y te pillaban  entonces pasaba lo que decía La Codorniz. «Bombín es a bombón como cojín es a X y me importa tres x que me cierres la edición». Te la cerraban, te clausuraban el periódico, te secuestraban el libro, te condenaban como periodista, como escritor, como cineasta, como artista a la exclusión. A ser un apestado, un desafecto, a quien todas las puertas se le cerraban y era arrojado a un exilio interior donde no era nada fácil sobrevivir.
Fue esa falta de libertad, fue el anhelo y la demanda de libertad de expresión, de opinión, de reunión, de libertad sin más, lo que motivó que muchos jóvenes de toda condición y procedencia social nos incorporáramos al movimiento antifranquista y en muchos caso al partido, entonces el único existente en verdad, el PCE, que lo combatía desde la clandestinidad. «Por la democracia y por la libertad». No había mucha más carga ideológica que aquella. Estaba muy clara y sobrada de sentir y de razón.
Quien nos iba a decir que, exactamente en mi caso, 50 años, medio siglo, después que el control, la vigilancia, la cuarentena y sin solución de continuidad, pero si de rondón, la mordaza y la censura iban a resucitar, ahora bajo la presunción de progresismo de un gobierno socialista asociado con la ultraizquierda populista, que paradojas de la vida clamada desaforada anteayer contra una ley a la que acusaban de supuesta mordaza.
Los pasos previos a su instalación es lo que ha empezado a asomar las orejas so pretexto de la ‘excepcional’ situación. La tarea preparatoria es ahora, y como entremés, camuflarla y hacerlo pasar por otra cosa. Pero lo que parece es lo que es, siempre ha sido y siempre fue. Censura y yugo sobre la libertad de expresión aunque se rebusquen palabras para emboscar y disimular su función y su intención. En vez de llamarles  censores, que los hubo entonces muy ilustres también, como Cela, que queda muy feo y ‘facha’, ahora se les nombra ‘verificadores’ y a todo el aparato de control de nuestros movimientos y, cuando quieran conversaciones y actividades personales, se le llama ‘monitorización’. Pero tarea y función son los mismos: vigilarnos, controlarnos, censurarnos e incluso si lo advertirnos o lo denunciamos, con la acusación de bulo, ahora del mas grave y perseguido ‘delito’  que solo el sanedrín censor determina lo que es o lo que no, amordazarnos de manera preventiva. Ese era el obsceno propósito de la pregunta falaz de Tezanos y su CIS al servicio del caudillo monclovita. Hacer ver con la respuesta indiucida que es la sociedad quien desea el control y la censura, que la apoya con fruición, como se apoyaban en tiempos los referéndum al dictado del dictador.
El control de los medios, su obligada sumisión al pensamiento único, su censura y amordazamiento son uno de los elementos mas definitorios e identificativos de los regímenes totalitarios, de las dictaduras ,vamos, y de quienes pretenden implantarlos e imponerlos. Da igual su color. La excusa y la moserga, o sea la doctrina pregonada, con la que se quiere anegar y abducir a la población es también siempre la misma: por el interés general, por el del Estado, por el bien común….o sea, y en verdad, por lo que diga y porque lo digo YO.
Respuesta solo hay una: El bulo, la mordaza y la censura era TÚ.