Leo Cortijo

Leo Cortijo


La Carretería que necesitamos

28/08/2023

Por una razón de fácil explicación si uno se para a pensar dónde está la redacción de La Tribuna, paso muchas horas del día en el epicentro de Cuenca. Por esa razón también, veo muy a menudo cosas que no son bonitas de ver o siento cosas que no son agradables de sentir. Y así, es fácil comprender y empatizar con las exigencias de los vecinos y los comerciantes de la zona, y que vienen arrastrando desde hace mucho tiempo. Esto no es cuestión de un alcalde ni de dos, es una patata caliente que languidece sin que nadie termine de ponerle el cascabel al gato. Desde la caótica peatonalización, que se llevó a cabo de aquella manera, aunque a la postre el resultado fuera positivo, poco o nada se ha hecho. Si acaso, quitar los famosos tablaos y parchear de mala manera en un intento baldío de mejorar el aspecto de la principal calle de la ciudad. Un querer y no poder en toda regla.

La calle Carretería, que viene a ser dentro del paisaje urbano algo así como la femoral, la yugular o la cava superior del cuerpo humano, necesita un bypass para que el sistema no colapse. No necesita más curas superficiales ni tratamientos estériles. Precisa con urgencia una remodelación y un embellecimiento estructural. Esta vía tiene que decir adiós a los ajedrezados baldosines por el lamentable aspecto que presentan, además de unificar toda la calzada y ganar en iluminación, vegetación y, especialmente, limpieza. De hecho, en la puesta de largo de la Feria y Fiestas de San Julián, el alcalde Darío Dolz se fijó como meta cercana en el tiempo, precisamente, esto. Y en su programa electoral así queda reflejado, convirtiendo Carretería y sus calles adyacentes en una especie de «centro comercial abierto». 

Y es que esa es otra. Carretería, además de estupenda vía para el paseo y el esparcimiento, debe convertirse en el pulmón del comercio de cercanía. Hoy, entre alguna que otra cadena nacional –cada vez menos–, a duras penas sobreviven una docena de comerciantes que se las ven y se las desean todos los días para alzar la persiana. No es para menos. Carretería tiene que ser un enclave atractivo para comprar y para eso es fundamental el efecto llamada. Una calle repleta de negocios de todo tipo y de establecimientos de hostelería, cuidados y con buen servicio, atraería a más público y a más negocios. El dinero llama al dinero. El corazón urbano de Cuenca no puede aspirar a ser Preciados, Fuencarral o Gran Vía, pero entre eso y parecer una de las antiguas repúblicas soviéticas en los años 70, va un mundo.