Tras las excelentes cifras de julio y agosto, todo hacía indicar que septiembre no iba a ser menos y así ha sido finalmente, lo que ha permitido que la temporada de verano arroje en la provincia de Cuenca unos datos históricos en turismo rural.

Y es que los establecimientos conquenses han registrado de julio a septiembre un total de 25.034 viajeros, la cifra más alta de la serie histórica y un 2,2% por encima del segundo mejor dato registrado en 2022, cuando se elevaron a 24.491, según se desprende de la última Encuesta de Ocupación en Alojamientos de Turismo Rural del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Diferencia ésta que se acrecienta mucho más si se compara con niveles de prepandemia, cuando en 2019 se alcanzaban los 18.027 viajeros, un 38,9 por ciento menos que este año.

Las pernoctaciones en estos tres meses no se quedaron atrás y ascendieron a un total de 63.600, la segunda cifra más alta desde que se tiene registros, sólo superada por los 75.089 del verano de 2022, cuando, precisamente, se alcanzó el récord histórico de la provincia de Cuenca.

De hecho, las estancias en alojamientos rurales han estado muy por encima de las 59.114 (+7,6%) de 2021, un buen año, por cierto, y de las 44.481 del verano de 2019, un 42,9 por ciento menos que en este 2023.

No es de extrañar que con estas cifras desde el sector se haga un más que positivo balance de la temporada de verano. Y, de hecho, desde la Asociación de Turismo Rural e Interior de Castilla-La Mancha, Intur C-LM, su vicepresidente, Juan Carlos Tébar, afirme a La Tribuna que «el verano ha sido muy bueno en términos generales en toda la región, pero especialmente en la provincia de Cuenca, que ha arrojado cifras espectaculares».

Estancia y ocupación. La estancia media, sin embargo, se ha situado en los 2,48 días, una cifra similar a los 2,5 de la prepandemia, en 2019, pero por debajo de los 3,08 del pasado verano de 2022.
Idéntico comportamiento ha tenido el grado de ocupación, que se ha elevado al 22,7 por ciento de media, bastante por debajo del 35,3% registrado en 2022 y similar al 22,8% de antes de la pandemia.

Las cosas han cambiado, y mucho, los fines de semana, cuando los alojamientos rurales de la provincia han registrado una ocupación media del 37,4%, ligeramente por debajo del 38,6% del verano anterior, aunque, eso sí, por bastante por encima del 27,7% de 2019.

Excelente verano, por lo tanto, para el turismo rural conquense, que, a juicio de Tébar, confía en que «vaya a ser el punto de arranque para continuar en esta línea ascendente».