El 'gran apagón' deja a Cuenca incomunicada más de doce horas

A.A.
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Hasta pasadas las 00,30 de la madrugada de este 'negro' lunes, la inmensa mayoría de la provincia permaneció totalmente desconectada tanto de la red eléctrica como de la red móvil y fue, ya de madrugada, cuando llegó la relativa normalidad.

El 'gran apagón' deja a Cuenca incomunicada más de doce horas - Foto: M.R./M.A.R.

La realidad volvió a superar a la ficción. El gran apagón sufrido por España este lunes fue más allá de los guiones de series y películas: ni luz, ni internet, ni teléfonos móviles, ni canales de mensajería… Absolutamente nada. Desconexión total. En torno a las doce y media de la mañana, los ciudadanos de la provincia conquense no acaban de creerse que la energía eléctrica se había ido en su localidad y en la totalidad del país.

El alcalde, Darío Dolz, y la subdelegada del Gobierno, Mari Luz Fernández, mantuvieron en torno a las 14,30 horas una reunión con los servicios de Protección Ciudadana y de servicios básicos de la capital para analizar la situación y las posibles actuaciones.

De esta forma, el Consistorio recomendaba el uso de transporte urbano, que seguía funcionando con regularidad. Sólo se paralizaron las lanzaderas a la estación del AVE, dado que dejó de recibir tráfico ferroviario. La prioridad, en un primer momento, por parte del Servicio de Bomberos era el rescate de personas atrapadas en ascensores.

Fuentes municipales recomendaban no utilizar el transporte privado dado que no existía la regulación semafórica y se solicitaba la utilización del transporte público para los desplazamientos.

Por otro lado, el Ayuntamiento indicó sobre las dos y media de la tarde que se iba a proceder al cierre de las instalaciones deportivas con el objeto de evitar desplazamientos innecesarios.

Sorpresa. El apagón pilló por sorpresa a los conquenses en torno a las doce y media de la mañana con una mezcla de sorpresa e incredulidad. La noticia corrió como la pólvora a través del boca a boca mientras se multiplicaban los intentos de recabar información a través de unos dispositivos móviles cuyo funcionamiento se caracterizó por la inestabilidad.

Así, el exterior de bares, comercios, bancos… se fue poblado de trabajadores y clientes ante la ausencia de suministro eléctrico. Heladerías de Carretería, comercios de alimentación o bares veían con preocupación cómo la falta de refrigeración ponía en riesgo el género y amenazaba con arruinarlo. De hecho, algunos de estos establecimientos se veían obligados a alquilar generadores eléctricos para que su labor no se vieran interrumpida en seco.

Por otro lado, en muchos establecimientos no era posible cerrar el negocio dado que el sistema requería energía eléctrica y se preguntaban qué ocurriría si la situación se prolongaba. Eso sí, a la vez, las terrazas continuaban con un elevado grado de ocupación con clientes tomándose un refrigerio tranquilamente. De hecho, clientas de elevada edad como Marisa permanecían ajenas a una incidencia histórica y preguntaba si "¿es cierto que se ha ido la luz en toda España?".

Mientras, los conductores lidiaban como podían la ausencia de semáforos auxiliados desde un primer momento por efectivos de la Policía Local y Agentes de Movilidad que acudieron a los principales nudos de comunicación como, por ejemplo, el cruce de Cuatro Caminos.

Por la tarde, la incertidumbre dio paso a la resignación mientras los transistores a pilas volvían a recuperar protagonismo para recibir información ante un fenómeno excepcional. De esta forma, volvíamos la vista con ironía a unos sistemas que habíamos 'jubilado' hace años con la esperanza de recibir información fiable sobre el futuro inmediato.

Hasta pasadas las 00,30 de la madrugada de este 'negro' lunes, la inmensa mayoría de la provincia de Cuenca permaneció totalmente desconectada tanto de la red eléctrica como de la red móvil y fue, ya de madrugada, cuando la relativa normalidad llegó a los 238 municipios, incluida la capital.