La guerra en Ucrania pone en jaque al campo conquense

Leo Cortijo
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La contienda tiene «preocupantes» réplicas en la economía conquense, sobre todo para agricultores y ganaderos por la subida del precio de los combustibles y las materias primas

Las consecuencias de la guerra es una «piedra más en el camino» para el sector de la agricultura. - Foto: Reyes Martínez

El mundo contiene la respiración. A tan solo 3.000 kilómetros de España se libra una guerra de devastadoras consecuencias humanas en territorio ucraniano, y es que además de las víctimas mortales que deja la invasión rusa, hay más de 400.000 refugiados que ya han abandonado el país. Ese aspecto es, sin duda, el más luctuoso y trágico de las pretensiones imperialistas de Putin. Ahora bien, la contienda también tiene preocupantes réplicas económicas fruto de la economía global en la que nos movemos.

Cuenca no es ajena a ello. No puede serlo según los datos de la Encuesta de Población Activa, que cifran en 821 los ucranianos que hacen vida en territorio conquense. De hecho, desde la Confederación de Empresarios ponen el foco en la importancia que tiene esta comunidad en la provincia, la cuarta más numerosa entre la población inmigrante. Además, casi todos ellos están en edad laboral y, por lo tanto, «aportan su esfuerzo a las empresas y al crecimiento económico» de Cuenca, incluso algunos de ellos son empresarios en sectores como la hostelería y la construcción.

Pero estos dos sectores no son los dos más afectados. Si hay uno en el que la guerra tiene –y ya se está comprobando– especial incidencia es en el agroalimentario, capital en el devenir de la economía conquense. Ucrania y la Unión Europea tienen estrechos lazos comerciales y de inversión, y además es un importante proveedor agrícola. En ello pone su mira el secretario general de Asaja, José María Fresneda, que habla de un «drama en ciernes» de catedralicia proporción y con «repercusiones de muchos tipos» en agricultura y ganadería.

«Si esto no se remedia y dejamos de ponernos de perfil en todos los sentidos», comenta a La Tribuna, «podemos encontrarnos ante una amenaza de abastecimiento en materia de alimentación porque no sé con qué trigo se va a hacer el pan ni con qué girasol se va a hacer el aceite». Con todo, lo que más le preocupa es el «movimiento especulativo» que se va a producir en el mercado internacional porque supone una «amenaza grande» y España «no tiene modelo para enfrentarse a esa realidad».

Precio de la energía. Una crisis como la de Ucrania tendrá también otro daño colateral sobre todo por el papel que juega Rusia como uno de los principales países exportadores de energía. Eso, apuntan desde la patronal conquense, encarecerá la vida de empresas y familias «que ya sufren una subida de precios interanual del 7,3 por ciento», y podría alargarse en el tiempo con este conflicto, «suponiendo una doble trampa para las compañías que se quedan sin margen y tienen que subir sus precios, mientras sus consumidores también pueden reducir su capacidad de compra al subirles estos gastos habituales, pudiendo producirse una crisis de consumo».

En esta misma línea ahonda precisamente Fresneda, para el que las consecuencias de la guerra es una «piedra más en el camino» para el sector que él representa merced a la subida de las materias primas. «Habrá agricultores a los que les va a seguir subiendo más todavía el precio de los combustibles o ganaderos que van a tener que comprar el pienso a un precio que no van a poder pagar», argumenta. En esta tesitura, subraya que «aquí nadie mueve ficha» y que un «error importante» de la Unión Europea es motivar políticas conservacionistas que «atentan gravemente» contra el sistema productivo y que pueden hacer que se «tambalee». «Entramos en un nuevo orden mundial y en materia de productos agrícolas y ganaderos cada país, con su idiosincrasia, tendrá que establecer un nuevo statu quo», sentencia.

Los empresarios reclaman fuentes de energía alternativas, materias primas y componentes. La Confederación de Empresarios de Cuenca se suma al comunicado publicado por la organización nacional CEOE y por la comunitaria BusinessEurope. Ambas organizaciones señalan que el mercado energético ya está afrontando una escalada sin precedentes de los precios y que la actual crisis no hará más que acentuar sus consecuencias sobre las empresas. Por ello, es «prioritario» que la Unión Europea refuerce su capacidad de respuesta para asegurar las fuentes alternativas de energía, materias primas y componentes.