La cantera semanasantera ya desfiló durante el fin de semana, las andas de los santos están prácticamente preparadas y los trajes de nazareno aguardan planchados y perfectamente entallados en los armarios. Cuenca se prepara para su Semana Santa y, por todo ello, la ciudad comienza a engalanar sus colinas preparándose para vivir la Pasión de Cristo en su entorno.
Los empleados municipales colocaron ayer, como viene siendo tradición, las tres cruces blancas que anuncian el inicio de esta semana nazarena. La creación, a base de maderas blancas, está ubicada en el Cerro de la Majestad, tras la barriada de San Antón, a los márgenes de sendos rios de la ciudad.
La señalización de los desfiles procesionales, el traslado de los pasos a sus iglesias y las últimas reuniones de las hermandades, la colocación de estas tres cruces blancas confirman la llegada de una de las semanas más importantes para Cuenca. Una imagen típica que da testimonio del sufrimiento que Cristo vivió en la colina del Calvario o Gólgota, según los nombres que le adjudica la Biblia.
Un anuncio poderoso y visual de la llegada de la Pascua cristiana que sirve como recordatorio de lo que se vive en cada uno de los desfiles procesionales: el sacrificio del redentor de la humanidad, según las sagradas escrituras.
La colocación de dichas cruces aporta un marco inigualable ya que, desde la mayor parte de los espacios nazarenos, se divisan en el horizonte dichas crucifixiones, siendo un elemento más en la Semana Santa.
El origen del calvario. Durante estos días el Cerro de la Majestad se convierte en improvisado Gólgota, un termino que aunque en muchas ocasiones se aúna con el momento de la Crucifixión. Es la referencia directa hacia la colina a las afueras de Jerusalén en la que murió Jesucristo. Calvario es una palabra latina, traducción del término hebreo Gólgota, que significa cráneo. El origen etimológico del termino proviene de la gran multitud de cráneos depositados sobre el cerro de Jerusalén. Según estudios históricos las víctimas eran abandonadas para convertirse en presa de los animales.
Algunos estudios indican que el origen del nombre radica en la posibilidad de que hubiese existido un cementerio en las inmediaciones de la colina. También se cree que se debe a que en su lugar existía una cantera abandonada y su geografía rocosa recordaba lo abrupto y hostil del terreno en el que fue crucificado Jesucristo.
Con estas tres cruces blancas se anunció el martes de Pasión, que desfila por las orillas del Júcar en una empedrada subida hacia la Catedral, mientras espera, impaciente, la llegada de las palmas el Domingo de Ramos.