Un viaje emocional a la infancia

J.L.E.
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Félix Albo celebra en el Teatro Auditorio sus treinta años sobre las tablas con 'Ibiza80', un espectáculo «en el que dibujo con palabras en el imaginario del espectador lo que pasa»

Félix Albo sobre una silla durante la representación de ‘Ibiza80’ - Foto: F.A.

Félix Albo realiza en su último espectáculo una defensa de la infancia a través de un viaje a los años 80. Se trata de Ibiza80, que llega esta tarde al teatro Auditorio de Cuenca (20,30 horas) de la mano de un narrador oral que celebra sus 30 años de trabajo sobre las tablas. Ibiza80 se estrenó en la Feria del Teatro de Ciudad Rodrigo y ofrece una reflexión profunda sobre el niño que hay en el interior de Albo, con su mirada particular sobre lo humano, lo emocional, lo absurdo y lo sobrecogedor. «Habla siempre desde un niño que tiene una forma emocional distinta, que se hace amigo de un down y que expresa, entre otras cosas, lo pronto que se obliga a los críos a renunciar a la infancia», explica Albo.

El espectáculo de Albo, que está a solas en el escenario con la única compañía de una cinta de correr y una escalera, propone un viaje a 1980 cargado de referentes de esa época. Por ejemplo, es el año en el que en España se celebran las primeras elecciones municipales, Vietnam invade Camboya, Borges recibe el Premio Cervantes, Michael Jackson graba su primer disco, Pink Floyd saca The wall; Michael Ende escribe La Historia Interminable, se estrenan Apocalypse Now y La vida de Brian y se registra la primera nevada en el Sáhara. «Es también el año en el que dos niños se hacen amigos. Al más mayor, medio pueblo le llama subnormal. El otro descubre de manera abrupta qué es eso de hacerse mayor».

Albo explica que en Ibiza 80 «hablo de la infancia de ese crío con los referentes de esa época, con la normalidad de esa época, con el tipo de bromas y el vocabulario de entonces o la importancia de la iglesia». Además, incide en que no es necesario haber vivido esa época para entenderlo, aunque está lleno de guiños para esa generación.

Félix Albo es un maestro de la narración que lo que hace es evocar. «Yo lo llamo teatro de la evocación porque sobre escena no pasa nada, hablo y me muevo entre la cinta y la escalera. Lo que hago –prosigue– es dibujar con las palabras en el imaginario del espectador lo que está pasando». 

Símbolos. En este sentido, y sobre Ibiza80, explica que está en una cinta de caminar porque es un símbolo del espectáculo. «Los niños corren y siempre lo hacen con un destino no concreto y ya de adultos corremos sobre una cinta de caminar en la que no avanzamos nada». Por eso, Félix Albo precisa que este Ibiza 80 «va en defensa del niño que tenemos dentro, de ver cómo veíamos la vida cuando éramos críos y cómo se nos ha complicado y desnaturalizado en el mundo del adulto».

Con estos mimbres, espera una buena acogida del público conquense en el teatro Auditorio. «El público ya me conoce, sabe escuchar, sabe disfrutar y entiende muy bien la dinámica que planteo en la escena». Por eso, también cree que «va a ser una fiesta porque ya hay más 300 espectadores que van a ir», apunta Félix Albo, que es muy conocido en Cuenca, entre otras cosas porque es el director del Festival D'Palabra, cuya próxima edición comienza el día 12 de febrero.

Ibiza80 es el espectáculo de Félix Albo con el que celebra sus 30 años de trabajo sobre las tablas, llevando su mordaz humor y abismos ante un público adulto, majo y con ganas de dejarse llevar, planteando una mirada sobre lo humano, lo emocional, lo absurdo y lo sobrecogedor.