Un Conquense con muchas rotaciones saltó a la expectativa al campo Vicente del Bosque, a los pies de las gigantescas torres de la antigua ciudad deportiva del Madrid. Sin Monterde, que no entró en la convocatoria, y con Yuya, Pablo Olivares, Raúl 'Caba' o Antonio Fernández en el banquillo, los blanquinegros se las vieron de inicio con un impetuoso Unión Adarve que necesitaba los tres puntos para apurar sus opciones de salvación.
Sin ocasiones claras de gol en ninguno de los dos equipos, los primeros 30 minutos de juego se esfumaron prácticamente sin pena ni gloria. Si acaso, apuntar en ambas áreas un ramillete de jugadas a balón parado, tras varios saques de esquina, pero sin generar un peligro excesivo. Ni chicha ni limoná. El único susto contante y sonante fue un gol anulado por fuera de juego a los del barrio del Pilar al filo de la media hora. La parroquia balompédica contuvo la respiración...
Y de esta forma, con el 0-0 en el marcador se llegó al descanso. El Unión Adarve, con más empuje y ganas que capacidad real, fue incapaz de fructificar nada positivo en la portería de un Bernabéu que apenas tuvo trabajo, mientras que la Balompédica, bien dispuesta, ordenada y segura, no vio peligrar en ningún momento el empate que le daba la permanencia matemática.
XX - Foto: Alfonso FernándezEl segundo tiempo no empezó de la mejor forma posible, y es que a los cuatro minutos de la reanudación, Rober tuvo que mover sus filas por la lesión de Sergio Rodríguez tras una entrada del rival, y dejó su lugar en el césped a Yuya. El Adarve salió mucho más entonado y predispuesto que el Conquense, y gozó de una ocasión clarísima para abrir el tanteador en un córner en el que el balón se paseó en paralelo a la línea de gol sin que nadie lo empujase al fondo de la red.
Los de Cuenca espabilaron en cierta medida, se sacudieron la presión inicial de los locales e intentaron igualar esa dosis de intensidad que faltó en los primeros diez minutos. Fue un espejismo, porque los capitalinos siguieron llevando la iniciativa, conscientes de que un gol les insuflaba vida, en el sentido más literal de la expresión. En el minuto 25, el técnico almeriense dio entrada a dos fijos como 'Caba' y Pablo Olivares por un desaparecido Jairo y el renacido Kain.
Acto seguido, un minuto loco en el que el Conquense se encomendó a lo más sagrado en este Domingo de Resurrección. Primero, salvando la ocasión más clara del choque. Un cabezazo libre de marca, al borde del área pequeña y a bocajarro, tras un balón colgado desde la banda derecha. El atacante rival no pudo imprimirle dirección al balón y eso fue lo que libró a los blanquinegros, pues Bernabéu se encontró la pelota y despejó como buenamente pudo. Y segundo, tras este susto, otro gol anulado a los madrileños por fuera de juego, merced a un balón colgado cerrado que un jugador en posición ilegal del Adarve empujó en el segundo palo.
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Los últimos 15 minutos de encuentro, incluido un eterno descuento, fueron un ejercicio de resistencia agónica por parte de las huestes de Rober, que aguantaron por lo civil y por lo criminal las embestidas del Adarve, que se lo jugaba absolutamente todo. Al final, el resultado no se movió y la Balompédica se trajo para Cuenca un empate que obliga a sumar la semana que viene contra el Real Madrid C.