Leo Cortijo

Leo Cortijo


Que llegue lo que tenga que llegar

30/10/2023

Existe un Plan B –o al menos eso dice el alcalde– cuando le preguntan qué va a pasar con los terrenos de Adif en caso de que el Tribunal Supremo tumbe definitivamente el Plan XCuenca. Así se lo ha explicado a los compañeros de Europa Press en una entrevista y así lo recogemos en las páginas interiores de La Tribuna. Porque no es cuestión baladí, porque es algo trascendental para Cuenca y porque tiene que cambiar nuestro sino. El mencionado plan, que ha generado ríos de tinta en los últimos años y que ha cristalizado en la supresión del tren convencional y el desarrollo, en paralelo, de la alta velocidad y el transporte a demanda por carretera, tiene un pilar clave todavía más importante, como es la resolución de un problema al que todos han querido poner fin, pero que nadie ha sido capaz de lograr hasta la fecha: el cierre de la brecha que parte en dos mitades la ciudad en forma de vías férreas y traviesas de madera.

Darío Dolz desveló que tiene «alguna idea de qué hacer» si el Supremo se pronuncia en contra. En cualquier caso, el regidor espera que se tome una decisión «pronto en el sentido que sea», y es que «no es bueno que la ciudad tenga en el aire la toma de decisiones». De hecho, si se despejaran los 'nubarrones' judiciales y saliera el sol, lo más inmediato será la construcción de los dos aparcamientos del barrio de Casablanca. Dolz lo ha dicho por activa y por pasiva y así lo volvió a reafirmar: «El tren no va a volver a circular y lo que tenemos que hacer es poner los terrenos ferroviarios a disposición de la ciudad de Cuenca».

Los conquenses, por ahora, desconocen cuál puede ser ese Plan B. Más allá de que se conozca o no antes de que el Supremo se pronuncie, lo importante es que exista, porque aunque lo más lógico es que el varapalo judicial no termine llegando para el XCuenca, los defensores de este plan de movilidad deben estar preparados. Lo peor es estar en tierra de nadie. Vivir en la indefinición solo trae incertidumbre, inestabilidad e inseguridad. Para bien o para mal, el fallo tiene que llegar cuanto antes. Si sonríe a unos, para seguir adelante en pro de una movilidad del siglo XXI y con un centro urbanizado y con infinidad de posibilidades en muchas áreas. Si sonríe a otros, con el regreso del ferrocarril como medio de transporte. Cada uno tiene claro lo que quiere y así ha movido sus fichas –se supone– luchando por lo que considera mejor para Cuenca. Que llegue lo que tenga que llegar. Pero ya.